miércoles, 28 de enero de 2015

Falsa carta de amor.

Me veo releyendo relatos, uno tras otro, y vaciando cajetillas de tabaco
solo para impresionarte.
Se me olvida que ya bajaste (o subiste) las escaleras,

mientras dejo la mesa llena de cervezas vacías y restos desgarrados de mi piel
No soy ningún artista,
ni Joaquín, para que me sobren los motivos.
Debería hacerlo para mí y no para ti, mirada triste.
Que puta está la vida, querida.
Se me pelan las heridas de tanto alcohol. Les puse demasiado anoche.
Por ti, que me robas la escalera cuando llegas arriba
y me quedo yo,
esperando a que tires un salvavidas o una cuerda de palmeras.
Como un perro.
Por ti, que puta está la vida.
Como me gustaría poder escribirte un poema, de esos bonitos,
de los que se te saltan las lagrimillas y se te pone la piel como cuando pasas por el pasillo de congelados del supermercado.
Me gustaría tanto…
Pero como no puedo, ni leer mi inspira, ni fumar me saca el ansia de la vida, solo puedo contarte
que bajo este horrible manto estrellado de ciudad,
se me moja el culo porque me he sentado en la hierba
de la colina más fea que había cerca de casa.
Y como mis lágrimas, por ti, de ayer,
nadie las secó,
he terminado mojándome con ellas.
Por ti, qué no sabes ni quien eres, me veo.
Me vuelvo a ver sintiendo
choques eléctricos incontrolables.
Y buscando palabras,
las malditas palabras que no tengo para que sepas que no me importaría,
de nuevo,
mojarme el culo bajo estrellas de mierda,
si puedo, junto a ti, pasar una última noche en vela.

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